lunes, 26 de noviembre de 2012

CONTINUACIÓN

Los tres falsos forasteros llegaron ya al banco de Tito Robbins y dieron la noticia al subdirector, el Sr. Smith de lo que habían investigado en Cotand Land sobre el indio Jim.
- Dicen ahí que ha desaparecido - dijo Carles Jonas - Por lo visto, llevan días sin verle.
- Me lo dice o me lo cuenta - respondió el Sr. Smith - Sepa usted, querido Carles, que me vinieron a secuestrar los indios Joux, preguntando donde estaba el maldito Jim.
- ¿Y dónde están los Joux? - preguntó Carles muy sorprendido.
- En la cámara acorazada - respondió el subdirector - hay los hemos metido.
- ¡Les faltará el aire, carajo! - dijo un señor abriendo la puerta con un terrible manotazo - ¡Sácalos de ahí inmediatamente!
- Pero Sr. Davelop, es que me han intentado secuestrar... - dijo el Sr. Smith.
- ¡Me da igual! - interrumpió el Sr. Davelop con un fuerte manotazo en la mesa - ¿Usted quiere que se nos llene el banco de indios?

El Sr. Davelop, Tomias Davelop, era el jefe de comisarios de la gran capital y estaba asociado con Tito Robbins en todos sus negocios.
El subdirector, el Sr. Smith, cabizbajo, se dirigió a la cámara y liberó a los indios Joux.
- Aquí los tiene usted - dijo titubeando el Sr. Smith.
- Regresar a vuestro poblado - ordenó a los Joux Tomias Davelop - y decirle a vuestro jefe que no sabemos dónde está el indio Jim y devolvernos sano y salvo a Tito Robbins y a su mujer. Sabemos que habéis sido vosotros por el rastro de huellas de caballos que hay por el sendero hasta la montaña.

Los indios Joux salieron del banco y regresaron a su poblado indio a galope.
- ¿Qué más ha planeado usted? - preguntó Tomias Davelop.
- He mandado a tres de mis trabajadores a hablar con la Mafia del capo Rotate para trazar un plan de ataque - respondió el Sr. Smith.

De improviso, se fue la luz en todo el banco.

Mientras el médico seguía inconsciente y al indio Jim le costaba respirar.

(Continuará...)

martes, 20 de noviembre de 2012

CONTINUACIÓN

El Sr. Smith, el subdirector del banco, ya se percató de cual era el motivo de la misteriosa desaparición de Tito Robbins. Los indios Joux se lo dijeron bastante claro y el secuestro del banquero era eminente.

El subdirector mandó a la otra ciudad a tres de sus trabajadores para hablar con el capo Rotate para que fuera él y los suyos al poblado indio. Los tres trabajadores llegaron a la ciudad donde los capos mataban por encargo, portando un aval de dos mil dólares.
- ¿Quién quiere hablar con Rotate? Diga la palabra clave - ordenó el capo que estaba siempre vigilando detrás de la puerta.
- El pajarito trina y la tiniebla desaparece, tic, toc dijo el cuco del reloj del campanario - respondió uno de los tres trabajadores.

El capo vigilante abrió la puerta sigilosamente y miró por la rendija.
-¿Cuánto sois? - preguntó el capo - ¿qué queréis exactamente de Rotate?
- Somos tres y tenemos una misión para vosotros, en el poblado indio Joux - respondió otro trabajador.
-¿Tenéis dinero? - volvió a preguntar el capo
- Sí - respondió uno de los banqueros - un aval de dos mil dólares.
- No es suficiente - recriminó el capo - con los indios Joux triplica el importe y a toca teja. Son muy peligrosos y necesitamos mucho tiempo y demasiados hombres
- Os traeremos los seis mil dólares al contado hoy mismo - afirmó otro de los banqueros.
- Os esperamos y trazaremos con vosotros un plan - dijo el capo.

Los tres banqueros regresaron al banco de Tito Robbins a lomos de sus caballos de pura sangre a galope.

Mientras el médico se desmayó y Jim seguía sin comer ni beber absolutamente nada.

(Continuará...) 

lunes, 12 de noviembre de 2012

CONTINUACIÓN

El subdirector del banco, el Sr. Simth oyó algo en la chimenea. Apartó su silla arrastrándolo por el suelo y con un palo dijo:
- ¡Malditas palomas! ¡Ya se han caído por la chimenea! - exclamó mientras daba con el palo - ¡Maldito animal! ¡Sal ahora mismo!... ¿Pero quien eres tú?
El Sr. Smith sacó al indio Joux de los pies.
- ¡Contesta de una vez! - ordenó el subdirector- ¿Ha que has venido? ¿A robarme? ¡Contesta!
Raudamente el resto de los indios Joux se colaron todos por la chimenea portando cada una un arco, flechas y un cuchillo.
- ¡Socorro! ¡A mí! - gritó el Sr. Smith - ¡A los rifles! ¡A mí!
Los cinco banqueros entraron con los rifles. Uno de los indios se apoderó del cuello del Sr. Smith poniendo el cuchillo.
- ¿Qué queréis? - preguntó uno de los banqueros mientras le apuntaba con el rifle.
- ¡A nuestro amigo Jim! ¿Dónde lo tenéis? - contestó uno de los indios Joux.
- ¡No sabemos quien es ese Jim! - contestó el otro banquero - ¡Soltadlo!
- Lo secuestró Tito Robbins. No le quiere vender sus tierras - explicó otro indio.
- ¡No sabemos nada! - dijo pegando un tiro al hombro del indio que portaba el cuchillo.

Soltaron al Sr. Smith y los indios fueron secuestrados y llevados a punta de fúsil a la cámara acorazada donde guardaban el dinero y los lingotes de oro. Cerraron la puerta de caudales.

Mientras Jim y el médico seguían sin probar comida y agua.

(Continuará...)

lunes, 5 de noviembre de 2012

CONTINUACIÓN

En Cotand Land los tres impostores, Carles Jonas, Richard y David continuaron con la investigación en el saloon café - bar del pueblo sobre la ausencia del indio Jim.

Los tres se metieron en el saloon abriendo las dos puertas despacio y se dirigieron a la barra que limpiaba con esmero el camarero.
- ¿Qué quieren tomar? - preguntó el camero asombrado de ver ahí a forasteros.
- Los tres queremos un whiskey con soda - contestó Carles Jonás.

El camarero se los sirvió en tres vasos de cristal fino con un cubito de hielo cada uno y continúo en su monótona tarea de limpiar la barra con una bayeta blanca empapada en agua cuando la áspera voz de Carles le interrumpió:
- He oído que hay un indio en este pueblo llamado Jim que vende unos jeans estupendos, pero que lleva unos días ausente. Queremos comprar algunos y estaremos por aquí poco tiempo.
- Jim no está. Ha desaparecido - contestó el camarero - lo secuestraron en el entierro del padre de su mejor amigo unos forajidos.
- ¡Madre mía! ¡Qué desastroso! - exclamó Carles - Disculpe, debemos de hacer una trasferencia al banco de la gran ciudad New Testey. ¿Hay por aquí algún banco cercano?
- En este pueblo no, deben de coger la diligencia - contestó mientras flotaba la barra con fuerza para sacarla brillo - se tienen que ir al banco de Tito Robbins. Cinco paradas desde esta.

Los tres falsos forasteros se tomaron su bebida de un trago y Carles pagó la consumición y se fueron dando las gracias por tan valiosa información.
Recogieron raudamente su ropa y pagaron la habitación depositando el día completo y la noche.
- ¿Cuándo sale la primera diligencia? - preguntó Carles.
- Dentro de una hora - explicó la recepcionista del hotel.
- Muchas gracias por todo. Es un pueblo muy bonito y sobre todo... curioso - recalcó Carles.

Mientras los indios Joux entraron por la chimenea a secuestrar al Sr. Simith, el subdirector del banco quedando uno de ellos atrapado dentro impidiendo el paso de sus paisanos...

(Continuará...)