martes, 20 de noviembre de 2012

CONTINUACIÓN

El Sr. Smith, el subdirector del banco, ya se percató de cual era el motivo de la misteriosa desaparición de Tito Robbins. Los indios Joux se lo dijeron bastante claro y el secuestro del banquero era eminente.

El subdirector mandó a la otra ciudad a tres de sus trabajadores para hablar con el capo Rotate para que fuera él y los suyos al poblado indio. Los tres trabajadores llegaron a la ciudad donde los capos mataban por encargo, portando un aval de dos mil dólares.
- ¿Quién quiere hablar con Rotate? Diga la palabra clave - ordenó el capo que estaba siempre vigilando detrás de la puerta.
- El pajarito trina y la tiniebla desaparece, tic, toc dijo el cuco del reloj del campanario - respondió uno de los tres trabajadores.

El capo vigilante abrió la puerta sigilosamente y miró por la rendija.
-¿Cuánto sois? - preguntó el capo - ¿qué queréis exactamente de Rotate?
- Somos tres y tenemos una misión para vosotros, en el poblado indio Joux - respondió otro trabajador.
-¿Tenéis dinero? - volvió a preguntar el capo
- Sí - respondió uno de los banqueros - un aval de dos mil dólares.
- No es suficiente - recriminó el capo - con los indios Joux triplica el importe y a toca teja. Son muy peligrosos y necesitamos mucho tiempo y demasiados hombres
- Os traeremos los seis mil dólares al contado hoy mismo - afirmó otro de los banqueros.
- Os esperamos y trazaremos con vosotros un plan - dijo el capo.

Los tres banqueros regresaron al banco de Tito Robbins a lomos de sus caballos de pura sangre a galope.

Mientras el médico se desmayó y Jim seguía sin comer ni beber absolutamente nada.

(Continuará...) 

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