Podour salió corriendo al oír el disparo y vio a Perterece tirado en el suelo desangrándose. Raudo y veloz, contactó con las mentes de los chamanes indios Trausito, brujo de los Jam y Artodour, Gran Chamán de los Joux, suplicándoles sus poderes sanadores.
Los hechiceros indios se presentaron en las tierras de la mafia del capo Rotate en forma fantasmal y entre los tres, cerraron la herida de disparo de Perterece. El agujero del costado se fue haciendo cada vez más pequeño hasta desaparecer.
Tastero siguió disparando y entre todos, Trausito, Artodour, Perterece y Podour, invocaron con sus poderes al gran Dios, el Guardián de las ánimas celestiales, llamado Campodus. El rezo citaba así:
"Campodous, Campodous, te invocamos Gran Dios celestial
contra todo poder del mal, incluido hechizos del más allá
para detener la fuerza de los demonios con la Ninfa del manantial
que sus cánticos lleguen a neutralizar el mal y lo devuelvan para allá
y que el espíritu de Tastero lo absorba la Ninfa con su prosa bestial".
Poco a poco, el cántico de la Ninfa del manantial fue chupándose el espíritu de Tastero hasta meterlo en una espiral y llevándoselo hacia el fondo del mismo hasta desaparecer en su totalidad.
"Campodous, Campodous" - continuaron rezando los hechiceros buenos - "tú y tu Ninfa, neutralizar a los malignos capos
Y tirarlos a todos al suelo pegándoles cien mil sopapos".
Todos los mafiosos cayeron al suelo siendo golpeados múltiples veces.
De repente, cesó la lluvia torrencial y el cielo tornó completamente negro. Era el Gran Dios,el máximo y el más alto Guardián de los cielos y gritando preguntó:
-¿Se puede saber qué liáis, insensatos, con tanto rezo y tanto cántico? Me estáis perturbando la paz eterna de todos mis dioses y guardianes. ¡Explicaros! ¡Cómo tengo que bajar yo!... ¡Ya veréis!
Mil truenos y relámpagos cayeron de golpe y el cielo proseguía muy oscuro y tenebroso. Se había enfadado de verdad.
(Continuará....)
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