- Os vuelvo a preguntar, insensatos, ¿se puede saber qué liáis, con tanto rezo y tanto cántico? Tengo a tres Dioses, a siete ninfas y a todos los Dioses y Guerreros indios fuera de mis cielos, en la tierra... ¡Contestad de una maldita vez!
Levantó su mano, alzada hacia el cielo, y cayeron diez truenos y sus respectivos rayos.
-¡Espero vuestra respuesta! - exclamó Apodous - ¡Campodous, Campodous! Contesta tú, ¿qué haces fuera de tu campo energético del cielo?
- Me han invocado - contestó Campodous - los capos son muy malos y tenebrosos... Querían robar sus tierras y su fortuna al dueño de la petrolera, Diego Formant. Habían secuestrado a Trausito, brujo de los Jam.
-Pero si fueron los Joux quienes lo secuestraron - dijo Apodous - los indios amigos de los de Cotand Land. Lo he adivinado con mis poderes. ¿Ahora estáis todos compinchados? ¿Contra quién? Perterece contesta tú, me has dejado a las ánimas del purgatorio sin defender, anda que tú... si llega a subir el Espíritu Negro y se apodera de ellas...
- Los mafiosos están juntos con los del banco de Tito Robbins - contestó Perterece - Los Joux, se han unido a los Jam por orden de John y Tom y también, se ha unido a ellos, Tomias Davelop, el comisario de la Gran Ciudad.
Un gran estruendo empezó a oírse desde los adentros de la tierra. Era el Espíritu Negro con todo el ejercito de demonios, que subían a galope en sus unicornios salvajes, hacia la puerta del purgatorio que estaba sin ningún tipo de protección.
- He de mancharme a proteger a mis ánimas - comentó Apodous - Perterece, sube conmigo y no vuelvas a dejar sola la puerta de entrada al purgatorio, por ahí, los demonios se pueden colar y subir a los cielos. Éstos, que vayan preparando el rezo del hechizo y los cánticos para apoderarse de los del banco. No tengo tiempo para usar mis poderes.
Los demonios subían muy rápido y se empezó a abrir grietas en la tierra por donde se filtraban raudos y veloces.
(Continuará...)
Un gran estruendo empezó a oírse desde los adentros de la tierra. Era el Espíritu Negro con todo el ejercito de demonios, que subían a galope en sus unicornios salvajes, hacia la puerta del purgatorio que estaba sin ningún tipo de protección.
- He de mancharme a proteger a mis ánimas - comentó Apodous - Perterece, sube conmigo y no vuelvas a dejar sola la puerta de entrada al purgatorio, por ahí, los demonios se pueden colar y subir a los cielos. Éstos, que vayan preparando el rezo del hechizo y los cánticos para apoderarse de los del banco. No tengo tiempo para usar mis poderes.
Los demonios subían muy rápido y se empezó a abrir grietas en la tierra por donde se filtraban raudos y veloces.
(Continuará...)
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