domingo, 10 de noviembre de 2013

CONTINUACIÓN

La conversación con Daniel Simith duró varias horas. Estuvimos hablando hasta el anochecer. Linda lo acompañó a la puerta y nuestro chófer lo llevó en coche a su casa. Quedamos a las doce y media de la tarde en la cafetería del hospital. Había comenzado un amor secreto, lleno de sonrisas, felicidad y ocultamiento de nuestro querer.

Mi padre seguía estando en un profundo sueño. Daniel y yo estuvimos hablando y el domingo quedamos a la salida de misa, sería muy difícil encontrar una coartada. Íbamos siempre mi hermana y yo a la iglesia acompañadas de nuestra niñera Linda. Se inventó que nos había invitado la Srta. Dexton, ella sería nuestra tapadera durante cinco maravillosos años.

Paso las hojas con mucho cariño y leo las palabras con mucha dificultad, tengo los ojos humedecidos de lágrimas y se me han empañado los cristales de las gafas. Me detengo, las limpio muy suavemente y bebo agua traguito a traguito. Continúo leyendo. A la que echo realmente de menos es a mi hermana Marie, ya no está entre nosotros. La añoro y siento su presencia. Siempre me ha acompañado su alma y me he sentido arropada. ¡Ay! ¡Cuánto te hecho de menos! Mi querida amiga, mi consejera, mi gran aliada. Cierro el diario, se me hace muy duro continuar leyendo esta noche. Mañana continuaré.

(Continuará...)

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