sábado, 22 de noviembre de 2014

CONTINUACIÓN

Estamos ya a martes, es muy temprano y he sacado un pavo enorme de mi congelador. Hoy voy a preparar la comida yo misma, me apetece cocinar. Lo acompañaré con una ensalada de patatas. De postre, he comprado una riquísima tarta de chocolate y arándanos de dos pisos.

Me dispongo a tomar, como cada mañana, mi senda taza de café capuchino con mucha crema. Es deliciosa esta nueva marca que hemos comprado. Mucho más cremoso que la anterior.

Me levanto a observar el arbolito que plantamos cuando supimos que nacería un nuevo nieto en nuestra querida y amada familia. Aquél donde escribimos su nombre, Alfred. Ya son tres Alfreds en la saga. Mi segundo hijo se llama Daniel, igual que mi gran amor Daniel Simith. Mi preciado esposo no se opuso. Lo podríamos haber llamado como sus seres queridos, pero quiso que pusiese el de mi primer novio. El sabe que lo quise y que lo perdí en un trágico accidente.

Rememoro a menudo su presencia y la de mi hermana Marie, sobre todo. Mi consejera y amiga. ¡Cómo te echo de menos querida compañera de juegos y viajes hacia la eternidad:

"A los diecisiete, mi hermana y yo hicimos un voto de sangre y dibujamos con ella, en nuestras libretas, un corazón y dentro apuntamos el siguiente lema:

-  Siempre juntas, hermanas de sangre y de alma. Nuestro espíritu volará encadenado a nuestros dos seres".

(Continuará...)


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