jueves, 22 de octubre de 2015

CONTINUACIÓN

Carlos John, el bibliotecario, abrió su ordenador personal y se aceleró abrir el icono de Internet. Había una página web predeterminada como página de inicio. Directamente se redireccionó a la web "los lamentos de tu muerte". Leyó muy asustado las entradas de cada una de las pestañas y ventanas.

-  Deberás de coger el negocio de envío de libros a domicilio  -  citaba así una de las instrucciones  -  la empresa es una fantasma mía, tu muerte. Díselo a tu ayudante y te indicaré dónde está la gasolinera del pueblo abandonado. Te estaré vigilando...

-  Oye Tomás  -  dijo muy nervioso  -  he cambiado de opinión. Hazme hueco para citarme con el propietario y el gerente de la empresa de envíos a domicilio.

-  Vaya hombre  -  exclamó su ayudante en voz bastante alta  -  ya tenía citado para esa hora a la otra, ahora voy a tener que anularlo todo.

-  No me recrimines, Tomás  -  le gritó el bibliotecario  -  he pasado muy mala noche. Quéjate en silencio.

De improviso, sonó el pitido de entrada de otro SMS. Carlos John lo leyó con mucho miedo y temor.

-  ¡Qué mal temperamento tiene tu ayudante!  -  citaba así el mensaje del móvil  -  lo conozco muy bien... Je, je.

El bibliotecario salió corriendo dejándose la puerta abierta, su ayudante salió detrás.

-  Pero, ¿dónde va usted, Sr. Pérez?  -  le preguntó muy sorprendido Tomas.

(Continuará...)


miércoles, 7 de octubre de 2015

CONTINUACIÓN

Cuando llegaron Carlos John y su ayudante eran ya casi las ocho de la mañana. Se fueron directamente a desayunar dos cafés bien cargados con unas tristes magdalenas, casi no quedaban en la bolsa.

Tomás se anudó el nudo de su corbata y leyó en su agenda las notas para hoy. Le comentó a su jefe la cita del negocio sobre los envíos a domicilio. Carlos John lo contestó con tono algo serio:

-  Anula la cita. He hecho cálculos y nos va a costar mucho más la gasolina del desplazamiento que las ganancias por cada ejemplar vendido.

-  Está bien Sr. Pérez  -  le dijo su ayudante  -  Tiene usted razón, ese es el inconveniente de vivir en una zona tan grande y sin casi urbanización.

-  No exageres Tomás  -  lo contestó  -  en coche se llega a todos sitios.

De improviso, volvió a sonar la entrada de otro SMS, tenía poca batería a pesar de que estuviese ya el móvil más de diez minutos cargándose en la salida de red. Lo leyó el librero de préstamos muy asustado.

-  Hola. Soy yo, tu muerte  -  citaba así el mensaje  -  conéctate a tu PC y abre el Internet... espera ahí las nuevas instrucciones.

(Continuará...)